Tabla de Contenidos
En el vasto mundo de la Tierra Media, lleno de héroes poderosos y gestas épicas, hay un lugar especial para los personajes más humildes. Bill el Pony, aunque pequeño y maltratado al principio, se convierte en un compañero indispensable para la Compañía del Anillo. A continuación, exploramos su historia, sus desafíos y su impacto en la obra de J.R.R. Tolkien, basada en los libros y escritos del autor.
El rescate de Bill
Bill Ferny, un hombre despreciable y desleal, es quien tenía a Bill el Pony en condiciones deplorables en Bree. Bajo su propiedad, el pony sufría de hambre y un evidente descuido físico. Sus huesos eran visibles bajo la piel, y su mirada reflejaba la desconfianza hacia cualquier ser humano. Ferny no lo veía como un ser digno de cuidado, sino como una herramienta de trabajo sin valor más allá de su utilidad inmediata (1).
Cuando los hobbits y Aragorn llegaron a Bree, acababan de sobrevivir al ataque de los Nazgûl en Cima de los Vientos, y estaban agotados y sin monturas. La necesidad de un medio para cargar provisiones era urgente.
Sam Gamgee, al ver el estado de Bill, sintió una profunda compasión y no dudó en proponer su compra, aunque el precio que exigía Ferny era desorbitado. Esto marcó el inicio de un vínculo que cambiaría la vida del pony. Sam, en su simplicidad y bondad, lo trató con cuidado y amor desde el primer momento (1).
La transformación de Bill comenzó de inmediato. Alimentado y atendido, comenzó a ganar fuerza. Poco a poco, el brillo en sus ojos regresó y su espíritu pareció revivir. Tolkien utiliza esta recuperación para mostrar cómo el amor y la bondad pueden curar incluso las heridas más profundas (1).
Dudas de la comunidad
La decisión de incluir a Bill en el viaje no fue aceptada de inmediato por todos los miembros de la Compañía. Aragorn, con su experiencia como montaraz, dudaba de que el pony pudiera resistir los terrenos abruptos y las inclemencias del clima (2). Merry y Pippin, aunque no expresaron abiertamente sus reservas, compartían esas inquietudes en silencio. Gandalf, aunque más cauto en su juicio, también reflexionó sobre la posibilidad de que Bill se quedara rezagado o no pudiera soportar las largas jornadas (2).
Estas dudas llegaron a oídos de Sam, quien las enfrentó con firmeza. Para él, Bill era más que un simple animal de carga; era un ser que merecía una oportunidad para probar su valía. Sam prometió que cuidaría del pony con esmero y que no permitiría que su presencia fuera una carga para el grupo. Este momento muestra cómo Sam personifica la compasión y la determinación, valores que se reflejan a lo largo de la obra de Tolkien (2).
Más que un compañero durante el viaje a Rivendel
El viaje desde Bree hasta Rivendel fue una prueba de fuego para Bill, pero también un período en el que mostró su fortaleza y adaptabilidad. En los páramos al este de Bree, las lluvias constantes y los fuertes vientos complicaban cada paso. Mientras la Compañía luchaba por avanzar, Bill soportaba su carga sin quejas (3). Sam cuidaba de él con dedicación, asegurándose de que tuviera alimento y descanso adecuado cada vez que era posible.
En una noche especialmente fría, Sam, que sufría de manos entumecidas, se apoyó en el calor del pony para recuperar la circulación. Este acto de conexión entre hombre y animal subraya cómo Tolkien entendía la interdependencia entre todas las criaturas (3).
Cerca del río Bruinen, Bill se destacó de una manera inesperada. Poco antes de que los Nazgûl intentaran cruzar el río, el pony mostró signos de inquietud. Sus orejas se movían nerviosamente, y sus patas arañaban el suelo como si sintiera un peligro inminente. Este comportamiento alertó a Aragorn, quien comenzó a preparar al grupo para un posible ataque. La reacción de Bill salvó tiempo precioso, permitiendo a Frodo llegar a Rivendel justo a tiempo para ser atendido por Elrond (4).
Tras partir de Rivendel y dirigirse hacia las Montañas Nubladas, Bill continuó demostrando su valor. Las noches heladas y los senderos resbaladizos no lo detuvieron. Gandalf, impresionado por la resistencia del pony, comenzó a referirse a él como un “compañero valiente”, un reconocimiento que Sam valoró profundamente (3).
La despedida en Moria: las palabras De Gandalf
Al llegar a las puertas de Moria, Gandalf tomó la difícil decisión de dejar a Bill atrás. Sabía que las minas eran demasiado peligrosas para el pony y que su presencia sería más un riesgo que una ayuda. Antes de liberarlo, el mago se acercó a Bill y le habló con una mezcla de gratitud y respeto. “Vuelve ahora, Bill, a donde te sea más seguro. Has sido fiel y valiente. ¡Que encuentres hierba fresca y un refugio cálido en Bree!”
Estas palabras son un reconocimiento a la nobleza del pony, pero también un acto de protección. Gandalf no solo liberó a Bill físicamente, sino que también lo liberó de la carga emocional del viaje (5).
Sam, devastado, se despidió de su amigo con lágrimas en los ojos. Le acarició suavemente y le susurró palabras de consuelo, agradeciéndole por todo lo que había hecho por ellos. Este momento, aunque breve, encapsula uno de los temas centrales de Tolkien: la importancia de los lazos formados a través del cuidado y la bondad (5).
El reencuentro en Bree
Después de la destrucción del Anillo, cuando la Compañía regresó a Bree, encontraron a Bill esperándolos. El pony, ahora en buena forma y con una mirada tranquila, los reconoció de inmediato. Sam, emocionado, corrió hacia él y lo abrazó, agradeciendo en silencio su regreso seguro (7).
El reencuentro en Bree no solo fue un momento de alegría, sino también una prueba del vínculo inquebrantable que Sam había establecido con el pony. Cebadilla Mantecona, el posadero, probablemente había cuidado de Bill durante su ausencia, asegurándose de que tuviera alimento y refugio. Este detalle muestra cómo los actos de bondad se multiplican en la obra de Tolkien, extendiéndose de un personaje a otro y creando un tejido de apoyo mutuo (7).
Bill en La Comarca
Cuando Bill acompañó a los hobbits de regreso a la Comarca, completó su papel como un fiel compañero hasta el final del viaje. En los jardines de Sam, encontró un hogar definitivo, rodeado de cuidado y tranquilidad. Este desenlace no solo marca la conclusión de la historia de Bill, sino que también simboliza el regreso a la normalidad y la restauración de lo perdido durante la guerra (8).
Referencia
- 1. La Comunidad del Anillo, Libro I, Capítulo 9
- 2. La Comunidad del Anillo, Libro I, Capítulo 10.
- 3. La Comunidad del Anillo, Libro I, Capítulos 11-12.
- 4. La Comunidad del Anillo, Libro II, Capítulo 4.
- 5. Atlas de la Tierra Media, Karen Wynn Fonstad.
- 6. El Retorno del Rey, Libro VI, Capítulo 7.
- 7. El Retorno del Rey, Apéndices.
- 8. Cartas de J.R.R. Tolkien, Carta 89 (1944), dirigida a Christopher Tolkien.
Comentarios