Gollum es una figura que despierta una profunda reflexión sobre la condición humana. Este personaje, creado por J.R.R. Tolkien, se mueve en un terreno ambiguo, representando la eterna batalla entre el bien y el mal que reside en todos nosotros. La complejidad de Gollum nos invita a explorar las profundidades de nuestra propia moralidad, haciendo de él uno de los personajes más fascinantes y trágicos en la obra de Tolkien.
La Dualidad de Gollum
Gollum, o Sméagol, como fue conocido antes de su caída, es un personaje que vive atrapado en su propia dualidad. Esta lucha interna es un reflejo de la batalla que todos enfrentamos, una que nos empuja a elegir entre el camino de la luz o sucumbir a las sombras. Tolkien, en la Carta 214, aborda esta complejidad, señalando cómo Gollum se convierte en una figura central en la narrativa, no solo por su papel en la trama, sino como un espejo de nuestras propias luchas internas.
Es fruto de lo que el propio Tolkien dice ser la petición más díficil del Padrenuestro: “No nos dejes caer en la tentación”: Frodo, Gollum, Bilbo, Galdalf, Galadriel… la mayoría lucha con la tentación.
La reflexión de Tolkien sobre qué habría pasado si Sméagol hubiera dominado a Gollum en el Monte del Destino nos enfrenta a un dilema profundo. Este momento no solo es crucial para la trama de “El Señor de los Anillos”, sino que también nos hace cuestionar la naturaleza de la redención y la capacidad de cambio. La compasión de Frodo hacia Gollum destaca un mensaje poderoso sobre la empatía y la esperanza, mostrando cómo un gesto de bondad puede alterar el curso de la historia.
Piénsalo: si Frodo no hubiese sido piadoso con Gollum, ¿cómo habría sido la batalla en el Volcán? Ese momento en el que Frodo reclamase el Anillo para sí mismo, o si lo hubiese tomado él, ¿habría sido fiel a Frodo o lo habría reclamado para él?
Tolkien dice que la única manera de salir del embrollo, Gollum se habría puesto el Anillo y lanzado a sí mismo a la lava: así protegería a Frodo, atacaría a Sauron y se complacería a sí mismo.
Sí, ese fue el final, pero por otras circunstancias.
La Piedad de Frodo: Un Acto Revolucionario
La decisión de Frodo de tratar a Gollum con compasión, a pesar de las traiciones y el peligro que representaba, es un acto que Tolkien valora como el verdadero heroísmo. Esta dinámica se explora en la Carta 246, donde Tolkien reflexiona sobre las consecuencias de este acto de misericordia. La compasión de Frodo es lo que eventualmente lleva a la destrucción del Anillo, demostrando que la misericordia puede ser una fuerza transformadora.
¿Víctima o Villano?
Al analizar a Gollum, es crucial considerar las circunstancias de su caída. A diferencia de Frodo y Bilbo, Gollum obtuvo el Anillo a través de un acto de violencia, lo que marca el inicio de su descenso. Esta diferencia en la adquisición del Anillo plantea preguntas sobre el libre albedrío y la responsabilidad personal. A través de Gollum, Tolkien nos muestra que, aunque las circunstancias pueden moldearnos, son nuestras elecciones las que definen nuestro destino.
Gollum representa la lucha interna entre la luz y la oscuridad, un tema recurrente en la obra de Tolkien. Su historia nos recuerda que la redención es posible para todos, pero alcanzarla depende de nuestras acciones y decisiones. La figura de Gollum nos enseña que la esperanza y la compasión son esenciales en nuestra búsqueda de la redención, incluso cuando enfrentamos nuestras propias versiones del Anillo.
Reflexiones Finales: El Legado de Gollum
Gollum es más que un personaje de una historia de fantasía; es un profundo estudio sobre la naturaleza humana. Las cartas de Tolkien, especialmente la 214 y la 246, nos ofrecen una visión de cómo veía a sus personajes, no solo como partes de un mundo ficticio, sino como reflejos de la realidad humana. Gollum, con su compleja dualidad, nos invita a reflexionar sobre nuestros propios conflictos internos y la capacidad de la compasión para guiar hacia un final redentor.
La historia de Gollum es un recordatorio de que, a pesar de las sombras que podemos llevar dentro, siempre hay espacio para la luz de la bondad y la esperanza. Su legado en la obra de Tolkien nos desafía a mirar más allá de la superficie, a reconocer la complejidad de la moralidad y a valorar el poder transformador de la piedad. En última instancia, Gollum nos enseña que nuestras elecciones son lo que verdaderamente nos define, ofreciéndonos una perspectiva valiosa sobre la redención y la naturaleza humana.
En Conclusión
La figura de Gollum en “El Señor de los Anillos” es un testimonio de la habilidad narrativa de J.R.R. Tolkien para crear personajes que resuenan con profundas verdades sobre la humanidad.
A través de las cartas de Tolkien, particularmente la 214 y la 246, se nos invita a explorar la complejidad de Gollum, un personaje que encarna la lucha interna entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad.
Su historia nos desafía a reflexionar sobre la naturaleza de la redención, el poder de la compasión, y la importancia de nuestras elecciones. Gollum, en su esencia, es un espejo de la humanidad, recordándonos que, a pesar de nuestras propias batallas internas, siempre hay espacio para la esperanza y la transformación.