“Un Anillo para gobernarlos a todos…”
Estas ocho palabras bastan para que cualquier lector reconozca al instante el universo de J.R.R. Tolkien. Pero detrás del estribillo que abre El Señor de los Anillos hay mucho más que un recurso literario. Es un poema que actúa como síntesis narrativa, hechizo ficticio y advertencia ética.
El Poema del Anillo Único no es solo una rima: es la clave que Tolkien ideó para introducir, sostener y cerrar el drama de la Tierra Media. Su origen, su estructura, su sonoridad y hasta su caligrafía nos hablan de la mente de un filólogo que convirtió el lenguaje en mito.
Cómo nació el poema
El poema aparece por primera vez en La Comunidad del Anillo, cuando Gandalf explica a Frodo el origen y la naturaleza del Anillo. Pero Tolkien mismo recordó que la rima nació en un instante casi trivial: mientras se bañaba. Así lo recoge Tolkien Gateway, señalando que al propio autor le sorprendió la naturalidad con la que fluyó la forma rítmica¹.
Este detalle no es anecdótico. Para Tolkien, la invención poética no se separaba de su vida diaria. Como explicó a su amigo C.S. Lewis, a menudo las ideas le “caían encima” como un canto repentino. En este caso, lo que parecía una ocurrencia ligera acabó convirtiéndose en el núcleo de una epopeya.
La métrica: herencia de la poesía germánica
La construcción del poema refleja el bagaje filológico de Tolkien. Se apoya en el verso acentual germánico (cuatro golpes de voz por línea), con un esquema de rima A–B–A–B–A–C–C–A.
Este patrón no es casual: le da al texto un ritmo grave y casi ritual, que recuerda a los cantos épicos que Tolkien conocía de su estudio de Beowulf y las sagas nórdicas². La ruptura en los dos versos dedicados al Único —más regulares y casi yámbicos— refuerza el efecto de que el Anillo “rompe” la armonía previa.
Más aún, el poema no es solo recitado: suena como un conjuro. Esa cualidad hipnótica explica por qué Tolkien eligió hacerlo leitmotiv: debía quedarse grabado en la mente del lector como si fuese un eco antiguo.
El simbolismo de los números
El orden descendente 3–7–9–1 organiza razas y destinos. Aunque Tolkien nunca habló de numerología esotérica, el simbolismo cultural de cada cifra es claro:
- Tres (elfos): perfección, inmortalidad. Forjados por Celebrimbor, buscaban preservar la belleza.
- Siete (enanos): plenitud material, pero también avaricia. Encendieron la codicia sin esclavizar.
- Nueve (hombres): la mortalidad inevitable. Su búsqueda de poder los llevó a convertirse en Nazgûl.
- Uno (Sauron): unidad absoluta, que no es orden sino tiranía.
Tom Shippey sostiene que esta secuencia articula una jerarquía de poder³.
Verlyn Flieger y Dimitra Fimi añaden que refleja ecos de la mitología cristiana y medieval⁴⁵.
Tabla: anillos y destino
Número | Raza | Simbolismo | Destino en la historia |
---|---|---|---|
3 | Elfos | Belleza duradera | No dominados; pierden poder con la destrucción del Anillo |
7 | Enanos | Codicia y riqueza | Tentados; algunos anillos recuperados o destruidos |
9 | Hombres | Poder efímero | Transformados en Nazgûl |
1 | Sauron | Dominación total | Destruido en 3019 T.E. |
La lengua negra: un idioma de poder
El broche del poema es la Lengua Negra, cuya sonoridad hace cortocircuito en el lector y los personajes:
Ash nazg durbatulûk, ash nazg gimbatul, ash nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul.
Cuando Gandalf lo pronuncia en Rivendel, los presentes sienten un escalofrío físico: los elfos se cubren los oídos y el aire se oscurece. El rechazo no es solo al contenido, sino al timbre mismo de la lengua⁶.
Tolkien la diseñó como un idioma artificial creado por Sauron para unificar a sus siervos. El Apéndice F del Retorno del Rey explica que Sauron quiso imponerla como lengua única en Mordor. Su sonoridad áspera y repetitiva transmite uniformidad forzada y pérdida de belleza.
En una carta a W.H. Auden (1955), Tolkien admitió que El Señor de los Anillos era “en gran medida un ensayo sobre estética lingüística”⁷. Para él, la música de una lengua debía expresar la moralidad de su pueblo. En este caso, la Lengua Negra suena como lo que es: fea, monótona, dominadora.
La inscripción del anillo: escritura ardiente
Uno de los detalles más memorables es que el verso final está inscrito en el propio Anillo. A simple vista, parece liso. Pero al arrojarlo al fuego, el metal revela letras incandescentes:
“Un Anillo para gobernarlos a todos…”
…escrito en tengwar, el alfabeto élfico, pero deformado.
¿Por qué usar tengwar? Porque era el alfabeto extendido por toda la Tierra Media. Sauron lo retuerce para grabar su conjuro, un acto simbólico: el mal no crea, sino que corrompe lo creado⁸.
Además:
- Isildur dejó constancia de haber visto las letras de fuego tras cortar el Anillo de la mano de Sauron, en su famoso Rollo de Isildur⁹.
- Gandalf lo confirma siglos después, leyendo ese documento y probando el Anillo en el fuego de Bolsón Cerrado.
Tolkien incluso dibujó la inscripción en sus manuscritos, diseñando una caligrafía rígida, “antinatural”. En las primeras ediciones de La Comunidad del Anillo, se imprimió con tipografía especial que imitaba ese efecto.
El poema como leitmotiv narrativo

El Poema del Anillo no es un texto aislado. Funciona como un leitmotiv narrativo, un motivo recurrente que acompaña momentos clave:
- En el Concilio de Elrond, como recordatorio del peligro.
- En Boromir, tentado por usar el Anillo “para gobernarlos a todos”.
- En Gollum, cuyo “tesoro” refleja el “atarlos en las tinieblas”.
- En Frodo, en el Monte del Destino, cuando sucumbe al poder.
Incluso aparece en otros cantos, como el poema de Gil-galad, con el verso “en Mordor donde están las sombras”. Ese eco muestra que la oscuridad de Sauron es cíclica: vuelve una y otra vez¹⁰.
Ocho versos, un mundo entero
En apenas ocho líneas, Tolkien comprimió:
- Una mitología: los pueblos y los Anillos.
- Una filosofía del poder: la tentación del dominio absoluto.
- Una poética del lenguaje: cómo suena el bien y cómo suena el mal.
Por eso, el Poema del Anillo Único no es solo un fragmento lírico. Es el corazón de la obra, la clave simbólica del universo de Tolkien y una advertencia que trasciende la fantasía.
Fuentes y referencias
- Tolkien Gateway – Ring-inscription
- Kullmann, T., “Poetic Insertions in Tolkien’s The Lord of the Rings”, Connotations Journal.
- Shippey, T., The Road to Middle-earth, HarperCollins, 1982.
- Flieger, V., Splintered Light: Logos and Language in Tolkien’s World, Kent State University Press, 1983.
- Fimi, D., Tolkien, Race and Cultural History, Palgrave Macmillan, 2008.
- Tolkien Gateway – The Council of Elrond
- Carta 258 de Tolkien a W.H. Auden (1955), en The Letters of J.R.R. Tolkien, HarperCollins, 2023.
- Tolkien Gateway – Tengwar
- Tolkien Gateway – Isildur’s Scroll
- El Silmarillion, “De los Anillos de Poder y la Tercera Edad”, ed. Christopher Tolkien, 1977.